Una clase de filosofía
Este año ha sido el primer año que tengo filosofía en el
instituto, y la verdad es que no esperaba que fuese así.
Para empezar, me ha sorprendido la forma en la que se ha
dado el material. El profesor, en lugar de mandar un libro, nos ha mandado bajarnos
de su página los apuntes, cosa que me parece bien. Así no hace falta comprar un
libro de texto que seguramente sólo puedas usar durante un año, y el profesor
no se ve condicionado a seguir el temario del libro, sino que tiene un cierto
margen de libertad (Dentro de que haya un temario obligatorio) para dar lo que le parezca apropiado.
Pero además de los apuntes de su página, tienes que coger
apuntes en clase porque si no son difíciles de entender, además de que hay
cosas que se dan en clase que no están en los apuntes y pueden entrar en el
examen, lo que, desgraciadamente, te obliga a estar atento y no quedarte viendo embobado por la
ventana a chicas que hacen Educación Física.
La forma de dar clase también ha sido distinta. Al mezclar
la teoría de los apuntes con distintos ejemplos y explicaciones, se ha hecho
amena, aunque tal vez algo lenta.
Los deberes también son curiosos. El tener que leerse
artículos de prensa, escribir tuits y plasmar lo que piensas sobre el temario
que se va dando en un blog (Como estoy haciendo ahora mismo) da más motivación
que hacer los ejercicios 6 y 7 de la página 59, ya sea porque es más
estimulante usar el ordenador que un boli y un lápiz o por la originalidad de
estos ejercicios que no parecen ejercicios.
Pero lo que más me ha gustado es que acabamos aprendiendo de
todo, no sólo filosofía. Me refiero a los “paréntesis psicopedagógicos” y a la forma
que tiene de incitarnos a que busquemos aprender cosas nuevas.
Me ha parecido curioso que cuando alguien dice algo o hace algo que no debe, el
profesor lo explica. Normalmente, los profesores no se paran a enseñar que no
se debe de hablar de lo que no se sabe, o que el tener dudas y no preguntar o
hacerse el gracioso en clase no te hace ser el macho alfa, o incluso que no se
debe decir “salud” cuando alguien estornuda mientras otro está hablando en
público.
También acabas aprendiendo alguna cosa de cultura general a
base de poner ejemplos de lo que está explicando con obras de literatura o
sucesos históricos, y te pica para que sigas informándote por tu cuenta (Aunque
no estoy seguro de que esto lo haga adrede).
Para equilibrar un poco las cosas, después de haber dorado
tanto la píldora, hay que decir que a veces las clases son bastante lentas,
aunque la mayor parte de la culpa la tienen algunos alumnos que hacen preguntas
sin coherencia.
Para terminar, quiero concluir diciendo que con este
artículo no he intentado hacer la pelota a nadie, sino que sólo he intentado
dar mi punto de vista sobre la clase de filosofía y el profesor, mi héroe y el
mejor profe del mundo.
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