REBAJAS DE POLÍTICOS
Ya se acercan las elecciones, y este artículo va a estar
dedicado a ellas. Pero más que a las propias elecciones, a su víspera y a los
votantes de éstas.
El próximo 24 de mayo, como la gente sabe (O debería saber),
se realizarán las elecciones municipales y autonómicas, y se renovarán los
diputados del congreso y del senado, además del presidente.
Todas estas personas saben que se están jugando el sitio en tan
poco tiempo, y deciden actuar: se lanzan a conquistar el pueblo. ¡Que comiencen
las rebajas de políticos!
Durante un corto pero bello periodo de tiempo, los políticos
descienden del Parlamento como si del Olimpo se tratase y simpatizan con el
ciudadano de a pie. Te prometen más que el político de la otra esquina, y el de
la esquina te promete más que este. Se les puede ver en televisión
prometiéndonos el cielo. Se les llena la
boca al hablar de salir de la crisis y crear trabajo. Algunos incluso ofrecen
comida a cambio de tu voto, o se lo llevan de la mano al visitar tu asilo.
Y así, los votantes, como si fuesen ovejitas, se van con el
pastor que le ha prometido el prado más grande.
Fin de las elecciones. Los políticos vuelven a estar
tranquilos, han conservado su sitio en el paraíso. Ya se pueden relajar.
Vuelven a su asiento y hasta dentro de cuatro años, a no ser que se aparezcan
por una televisión de plasma, no se les vuelve a ver, abandonando así una
importante faceta de la política, que es el escuchar al pueblo.
Y en cuanto a las
promesas que hicieron en sus campañas electorales… Bueno, tenéis que entender
que con la excitación que les produce la víspera electoral tampoco hablaban muy
enserio.
Nos volvemos a quedar con cara de tontos cuando, una vez
más, los mismos sinvergüenzas nos toman el pelo y además de volvernos a llenar
con falsas esperanzas, meten tranquilamente sus dedos en nuestra hucha.
Gran parte de la
culpa es nuestra, porque saben que aun pillándoles alguna vez con las manos en
la masa, dentro de unos añitos nos olvidaremos y les volveremos a votar. ¡Qué
inocentes somos!
Ya que se se está acabando el curso, quiero concluir comparando la llegada de las elecciones con
la jornada escolar:
Un alumno suspende el primer y el segundo trimestre y
estudia sólo para los exámenes finales de Junio y Septiembre. Aunque apruebe,
¿se puede considerar un buen estudiante?
Sin embargo, un político no escucha al pueblo hasta las
elecciones. Aunque finalmente le voten, ¿se puede considerar un buen político?
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