sábado, 15 de noviembre de 2014

Una sociedad enferma


Saludos a todos los lectores. Esta vez voy a ir al grano. Voy a hablar del ébola.

Bajo mi punto de vista, observando la actuación de la sociedad frente a este virus se puede apreciar por qué el ser humano es tan despreciable.

El virus del ébola está castigando África. Apenas tiene medios para defenderse, los países más desarrollados son prácticamente su único medio para derrotarlo. Los misioneros que van a luchar contra este tipo de enfermedades saben que los gajes de su oficio son duros: se exponen a contraer ellos la propia enfermedad. Me quito el sombrero ante ellos. Hace falta ser muy valiente y tener un corazón de oro para poder hacer esta labor. Son admirables.

Sin embargo, cuando contraen la enfermedad ¿Qué se debe de hacer? ¿Deberían de ser repatriados? El caso de la repatriación de Miguel Pajares me parece absurdo.
Se puso en peligro a más personas por intentar curar a alguien que tenía muy difícil salvarse del ébola. Además el señor ya era mayor y el pobre no hubiera vivido más de 10 años. El dinero que destinó el gobierno para la repatriación podía haberse invertido en salvar más vidas, pero en lugar de ello se invirtió en pelear en una batalla perdida.

Además puso en riesgo la vida de Teresa Romero, que fue acusada de inútil por la prensa y políticos cuando lo único que intentaba era salvar la vida del misionero, mientras que los políticos fueron los que repatriaban al misionero maltrecho, lo llevaban a un hospital que no era apto para estas enfermedades y esperaban que lo tratasen con un material inadecuado.

Otro tema interesante es la indignación que causó el sacrificio del perro de Teresa. Por parte del gobierno, el sacrificio del perro fue un acto prepotente por su poca explicación como de costumbre (En general, todos los políticos pecan de vanidad), pues tampoco se sabía si el perro podía portar el virus, pero por parte de la gente me parece deprimente que preocupen tanto por un perro y olviden a los miles de humanos que están muriendo por esta enfermedad.

Y no sólo por el ébola. Me da la impresión que los medios han “vendido”  la imagen de un virus apocalíptico al mundo, y hace que nos centremos más en el ébola y menos en el cáncer, en el sida, el hambre y demás problemas que nos azotan.


Y lo más curioso es que dentro de nada nos olvidaremos por competo de él como hacemos con un montón de noticias comerciales que nos dejan de vender. La gente seguirá muriendo, pero nosotros estaremos preocupados por otro drama televisivo, y el ébola será otra laguna en nuestra memoria, sin acordarnos de la cicatriz que ha dejado en el mundo.